El martes 27 de julio, Nardy Barrios y Ricardo González presentaron su dimisión como concejales del grupo de gobierno municipal, escenificando así la ruptura del pacto PSOE-Compromiso.
Era una ruptura cantada muchos meses antes... Casi se podría decir que desde que, sorpresivamente, Saavedra le ofreció entrar en “su” gobierno, a pesar de no necesitar sus votos pues contaba con la mayoría absoluta. El pacto de Saavedra con Nardy Barrios se interpretó como una estrategia inteligente del veterano político por cuanto dejaba aislado al PP en la oposición, después de gobernar durante los 12 años anteriores.
La concejala Barrios había dicho a muchas personas y en muchos sitios, desde poco después de firmar el pacto con el PSOE, que “cuando no la dejaran trabajar, se iría del gobierno municipal”. Los que seguimos la cosa municipal y conocemos a Barrios, intuíamos que ese “irse” del gobierno municipal se produciría cuando nos acercáramos a la fecha de las elecciones municipales, y cuando más le interesase a ella. Exactamente así es como ha sido.
Después de intentar – provocando enfrentamientos con varios concejales del PSOE – que la echaran del grupo de gobierno (sin conseguirlo, por la estrategia marcada por el Alcalde) buscó la excusa perfecta: las Torres del Canódromo y su calificación en el Plan General Municipal.
Como se vio en el pleno extraordinario para aprobar las alegaciones del Plan General celebrado el miércoles 28 de julio, Nardy preparó sus intervenciones más de cara a sus militantes – que acudieron “en masa” a la sesión plenaria - que de cara al propio pleno municipal. Desde “documento secuestrado” (en referencia al Plan General) hasta “desviación de poder” (por parte de los socialistas). Fueron tales sus expresiones, que obligó a Saavedra a intervenir.
Alguien se puede preguntar el por qué del interés de Nardy en romper con el PSOE y pasarse a la oposición. La explicación es sencilla. Quiere que el “desgaste” que ha sufrido el PSOE – tanto a nivel nacional, como insular y más concretamente en la capital – le afecte lo menos posible a ella en las ya muy próximas elecciones. Y si consigue quedar como la “víctima” o como la “defensora de pueblo” en su tránsito del gobierno municipal a la oposición, pues mucho mejor.
Nardy no quiere que el ciudadano de Las Palmas de Gran Canaria la asocie al desastre del gobierno de Saavedra, pero no podrá evitar que recordemos que ella ha sido parte del gobierno municipal durante 38 de los 48 meses del mandato.
Sin pérdida de tiempo – solo quedan 10 meses – Nardy ha empezado a hacer oposición en agosto. Cuando sale en los medios que de las 24 motos de la policía local, 19 no están operativas y el alcalde dice que va a pedir explicaciones al concejal responsable, Nardy hace declaraciones diciendo “desde hace tiempo se viene denunciando esta situación y parece que el alcalde se entera hoy”.
Ricardo González no pierde ripio y también exige a Héctor Núñez – concejal de Playas y del Distrito Puerto-Canteras - “que se ponga a trabajar”. Estas declaraciones las hace en menos de 20 días después de la dimisión, y me pregunto ¿Durante los 38 meses anteriores Héctor Núñez trabajaba? ¿O es que Ricardo González se acaba de dar cuenta que, después de 38 meses, Héctor Núñez no ha trabajado?
Nardy critica los gastos de la reformas de las ramblas de Mesa y López – césped en los laterales – por unos 90.000 euros comentando “si no hay dinero para invertir en los barrios, muchos de ellos sin calles ni aceras, no entiendo como Mesa y López, cuyo paseo está en buenas condiciones, se arregla por tercera vez en una década”.
Nardy debe pensar que una cosa es estar en el gobierno municipal y otra en la oposición, y que el gasto se ve de forma diferente, dependiendo donde esté ella situada. Porque sus declaraciones sobre el gasto de los 90.000 euros de Mesa y López “cuyo paseo está en buenas condiciones” no se las aplicó cuando se gastó casi dos millones de euros en cambiar las farolas de Las Canteras, que también “estaban en buenas condiciones”.
Y hablando de la nueva iluminación del paseo de Las Canteras, el Canarias7 del 4 de agosto recoge un informe del servicio de Alumbrado que avala el menor consumo de energía de las nuevas farolas. Lo curioso es que en un par de meses, los del Servicio de Alumbrado han hecho el cálculo comparando los consumos con los medidos desde julio de 2007. ¡Eso se llama eficacia! Pero más curioso es saber lo que, según el citado informe, nos ahorramos en consumo eléctrico, gracias a las nuevas luminarias. ¡Nada menos que 46.000 euros al año!
Es indefendible la teoría que se cambiaban las farolas para ahorrar en energía eléctrica, ya que, para amortizar la inversión en base al ahorro anual de 46.000 euros ¡harían falta más de 43 años!
En estos pocos meses que faltan para las elecciones municipales, vamos a ver muchas más contradicciones de Nardy y su Compromiso, con respecto a lo que hicieron en los 38 meses de gobierno municipal con el PSOE. Claro que los ciudadanos ya la conocen bien.
*Eusebio Bautista Vizcaíno. Miembro de la Ejecutiva Nacional de CC
No hay comentarios:
Publicar un comentario